quarta-feira, 14 de fevereiro de 2018

Novidade

Vamos dá uma impulsionada no ano do laicato com Luís Equini


   Luís Equini, é um simpático leigo argentino, que tive a alegria de conviver durante os seis meses em que estive na Argentina. Luís pertence a paroquia Jesus Salvador na região de Monte Chigolo na grande Buenos Aires. Luís Equini é um senhor de 77 anos de idade, casado com Clarita, mas antes de encontrar com seu amor, esteve alguns anos no seminário diocesano preparando-se para o sacerdócio. Mas como os planos de Deus escondem seus mistérios, Luís e Clarita se conheceram e juntos formaram uma linda família. Mesmo longe do seminário Luís foi sempre dedicado ao serviço a comunidade. 


   Partilhando um pouco com ele pude conhecer vários de seus dons, o que mais me empolgou foi seu grande talento de escritor, a capacidade com a qual tem de ler e deixar-se tocar pelas Sagradas Escrituras, da qual brotaram varias reflexões. Passei algumas tardes em sua casa lendo seus escritos animando-o a que publicasse aquelas maravilhas. Uma vez por semana este blog será enriquecido com seus escritos no idioma original. Vamos ao primeiro:


MIERCOLES DE CENIZAS 


   Con la celebración del Miércoles de Cenizas abrimos la puerta a un tiempo nuevo, un tiempo “fuerte”, llamado Cuaresma. 

Cuaresma, un camino de conversión, con la alegría que genera el saberse perdonado y recibido por el Padre nuevamente como hijo muy querido. 

   El tiempo cuaresmal debe ser un tiempo que nosotros dediquemos a la conversión personal, no es un tiempo para la tristeza, ni para la amargura espirituales porque si lo dedicamos a la conversión de vida para lograr esa “metanóia” de la que hablan las Escrituras y nos debe embargar el alma la alegría que genera el perdón que nos regala Dios por el Sacrificio de la Cruz de su Hijo Jesucristo, el cual aseguró que hay más fiesta en el Cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Entonces, en la Cuaresma, no debemos estar tristes, sino reconfortados por la esperanza del perdón que nos ofrece Dios a pesar de nuestros pecados. 

   Cuaresma es la preparación a la fiesta máxima de la cristiandad, la Pascua de Resurrección del Señor, y eso es motivo más que suficiente para estar felices, porque Jesús nos devolvió la filiación divina mediante el perdón de los pecados y nos obtuvo la Vida eterna mediante su Sacrificio en la Cruz con el que venció a la muerte. 


   Cuaresma, un tiempo para no mentirnos a nosotros mismos, reconociendo que no somos dignos del perdón que pedimos pero que recibimos gracias a que Jesús pagó todas y cada una de nuestras deudas al ofrecerse como Sacrificio al Padre, en la Cruz. 

Equini Luis 



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