sábado, 24 de fevereiro de 2018

Este é meu filho amado!




   Os caminhos do Senhor “é um fio milagroso” e quase imperceptível, mas de grande força e magia como veremos a liturgia deste final de semana, onde a voz de Deus ecoa: “este é o meu Filho muito amado, escutai-o! ” É como se Deus nos dissesse: escutai-me: tu és meu filho, minha filha amada! Que vossos corações não se perturbem, pois eu estou convosco. 

    Estamos celebrando o 2º domingo da quaresma, período de mudança de vida para mim, onde sou convidada a deixar-me ser conduzida por Deus, o que para ninguém resulta uma tarefa fácil, porque insistimos em que Deus realize nosso querer e não o seu. Tudo isso ocorre porque temos medo e não confiamos o suficiente nele. Os planos de Deus para mim, para você ele existe, como eu não sei, pois estou constantemente aprendendo, no entanto algo que já aprendi: a pedir o dom da paciência e coração para compreende o seu querer. Algo precioso que ele me revela é que sou sua filha amada, ainda que erre e não o compreenda e persista em seguir um caminho mais fácil, onde arme a tenda da comodidade. 

    Na 1º leitura de Gn 22, 1-18, temos uma narrativa um tanto intrigante, de um Pai que para agradar a Deus, deveria sacrificar seu filho. Como entender esta passagem? Esta leitura não pode ser levada ao pé da letra. Ninguém sabe ao certo o que teria acontecido, no entanto o pensamento mais lógico é de que Abraão teria sido influenciado por outras religiões que realizassem o sacrifício humano e teria acreditado que para agradar a seu Deus, deveria também oferecer tal sacrifício. Mas a leitura revela que o Deus de Israel, é o Deus da vida, que protege os inocentes. A partir desta leitura podemos nos perguntar, que imagem temos de Deus? 

    O salmo 113 exclama: “andarei na presença de Deus, junto a ele na terra dos vivos”! ´´Neste salmo temos a oração de alguém que deseja trilhar os caminhos do Senhor. Assim fazem muitos cristãos, mas na maioria das vezes quando saímos do templo e estando no mundo, nos revelamos capazes de dar testemunho de Deus, tratando com indiferença seu semelhante. 

   Na 2º leitura de Rm 8, 31-34, se Deus é por nós, quem será contra nós? Creio que somente nós mesmo podemos nos afasta de Deus, se não nos revestimos de fé, esperança e caridade com os outros, do contrário seremos capazes de ver, compreender e acolher os sinais de Deus em nossa vida, pois os coisas ruins entram quando abrimos espaço a elas. 



   No evangelho de Mc 9, 2-10, Jesus revela sua verdadeira natureza diante de seus amigos mais íntimos: Pedro, Tiago e João. Mesmo que o caminho de Jesus não tenha sido fácil, os discípulos puderam ver que Deus iria transformar a morte em vida plena. Pedro assim como nós, não compreende os planos de Deus e busca um caminho de gloria, de sucesso, por isso exclama: “armemos aqui três tendas, ” esquecendo que sua missão era no meio do povo. Quantas vezes nós negamos os desafios e durezas da vida e fantasiamos outra realidade. Todos fazemos isso! Certamente se pudéssemos escolher, não haveria dor, sofrimento, mas o próprio Jesus nos mostra que é preciso viver plenamente nossa existência, com tudo o que ela implica e não a nos acovardarmos. 

    Sabendo de nossas limitações, Deus nos convida a ouvir a sua voz e nos aponta para Jesus, sua presença em nosso meio. Presença que tantas vezes nos esquecemos e nos faz sentir abandonados até mesmo por ele. O modo como vivemos hoje, pode ser um perigo que nos faz esquecer que somos filhas e filhos amados de Deus e que ele permanece junto a nós em todos as etapas da nossa vida, especialmente quando passamos pelo deserto e somos desafiados a mudar. É ele quem permite nossa pascoa pessoal, por isso ouvi e abri os vossos corações a ele. 

Feliz semana, deixando ecoar esta voz de Deus!


sexta-feira, 23 de fevereiro de 2018

VIA CRUCIS meditada por Luís Equini: lindo

A reflexão trazida por Luís Equini está muito linda e em uma linguagem fácil. Sua reflexão nos permite atualizar tais gestos que são cometidos conosco e que também cometemos com alguém. Boa Litura e oração!


   Hacer el Vía Crucis es meditar piadosamente, hechos históricos, terriblemente reales, de la vida de Cristo, llevados a su culminación para nuestra salvación. 

   Cada uno de nosotros tiene un papelito en blanco, que se le dio a la entrada, en el cual, podemos intentar anotar imaginariamente, y con un lápiz, también imaginar todas las cosas negativas nuestras, como habladurías, envidias, broncas etc. Estos papeles, luego se recogerán y se depositarán al pié de la Cruz, como un petitorio nuestro a Jesús para que Él cure todas esas dolencias del alma. Las diferentes meditaciones de los hechos de la Pasión de Cristo nos servirán de examen de conciencia. 

En el nombre del Padre… 
Acto de contrición. 



Primera estación...Jesús es condenado a muerte 
    Te adoramos Cristo y te bendecimos... 

El inocente Jesús acepta, por la gloria de Dios y la salvación de los hombres, la injusta sentencia de muerte, Jesús es condenado por las autoridades religiosas y civiles como un blasfemo y un agitador. 

Cuando somos calumniados cuando se nos acusa falsamente, vivimos lo que Jesús vivió… Cuando juzgamos y sentenciamos injustamente a otros, se lo hacemos a Jesús. 

  1. Porque con frecuencia juzgamos a los demás injustamente, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú, que fuiste condenado contra toda justicia, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Cuando nos sintamos injustamente juzgados, Señor, ten piedad de nosotros. 

Segunda estación...Jesús camino al calvario 
    Te adoramos…. 

Jesús carga la cruz sobre sus hombros y nos dice: quien quiere seguirme que renuncie a si mismo, tome su cruz y me siga. 

Y ahora tiene que cargar con la cruz. Como un criminal va camino a la crucifixión. 

Pocas veces nos toca a nosotros llevar una cruz en esas circunstancias tan extremas, familiares, personales, sociales y políticas, ahí es donde Jesús nos socorre. Pero por desgracia más de una vez somos nosotros los que le cargamos la cruz a Jesús al hacerle difícil la vida a otros, y de diferentes maneras. 
  1. Porque somos muy débiles para llevar nuestra cruz, Señor, ten piedad de nosotros 
  2. Porque tantas veces hemos hecho tu cruz más pesada, Cristo, ten piedad de nosotros. 
  3. Tú que cargas con la cruz de nuestras culpas, Señor ten piedad de nosotros. 

Tercera estación...Jesús cae por primera vez 
    Te adoramos… 

Jesús, quebrantado por la agonía del Getsemaní, martirizado por la flagelación y coronación de espinas, cae por primera vez. 

Y es a Jesús que hacemos caer cuando obstaculizamos a los demás en su vida con nuestras decisiones y actitudes. 

  1. Porque los hombres nos sentimos tantas veces hundidos, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Porque viniste para levantarnos y llevarnos al Padre, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Porque hemos contribuido a que otros cayeran, Señor ten piedad de nosotros 

Cuarta estación...Jesús se encuentra con su Madre 
   Te adoramos… 

Jesús se encuentra con su Madre, traspasada el alma por una espada de dolor, profetizada por Simeón. 

Nos encontramos con Jesús siempre que acudimos a acompañar al que sufre. Quizás nos cuesta brindar una mirada iluminada por el amor, que es más valiosa que la ayuda material, que tal vez tampoco brindamos. 
  1. Porque somos mezquinos y nos negamos a compartir nuestro amor, Señor, ten piedad de nosotros. 
  2. Tu, que aceptaste tu dolor y tu limitación, Cristo ten piedad de nosotros 
  3. Por los sufrimientos de tantos hermanos nuestros que no podemos aliviar, Señor, ten piedad de nosotros. 
Quinta estación...Simón ayuda a Jesús con la cruz 
    Te adoramos… 

Habiendo encontrado a un hombre de Cirene, los verdugos, simulando compasión hacia Jesús, lo obligan a llevar la cruz de Cristo, pero el motivo de esa acción es que no quieren perderse el espectáculo final. 

Cada vez que alguien me ayuda a llevar mi cruz, es Jesús que alivia su peso, y si ayudo a alguien, es al mismo Jesús al que ayudo No cerremos nuestros ojos y nuestro corazón a quienes están a nuestro lado. 

  1. Porque no queremos aceptar nuestras limitaciones, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú que llevas nuestras cruces, Cristo, ten piedad de nosotros. 
  3. Por todos los que llevan solitariamente su cruz, Señor ten piedad de nosotros 

Sexta estación...Verónica enjuga el rostro de Jesús 
    Te adoramos… 

Verónica enjuga el rostro de Jesús. 

Jesús esta siempre a nuestro alcance en todo aquel que sufre. Podemos ser simples espectadores como el pueblo que seguía a Jesús, o podemos acercarnos, podemos abrirnos paso ante la indiferencia y la crueldad de la muchedumbre. 

  1. Porque tantas veces los hombres hemos desfigurado el rostro de Jesús en el hermano, Señor, ten piedad de nosotros 
  2. Porque más de una vez nos ha faltado valor y generosidad para limpiar tu rostro, Cristo ten piedad de nosotros 
  3. Porque tú nos animas a que nos ayudemos mutuamente, Señor, ten piedad de nosotros. 

Séptima estación...Jesús cae por segunda vez 
    Te adoramos… 

Nuevamente flaquean las fuerzas de Jesús y cae por segunda vez. La debilidad humana supone caídas, la gracia supone levantarse de las caídas. 

Cuando con nuestro proceder ponemos sobre los demás cargas pesadas, estamos repitiendo lo que hicieron con Jesús aquellos hombres. 

  1. Porque caemos y nos quedamos caídos, Señor, ten piedad de nosotros 
  2. Porque te hemos hecho caer más de una vez en nuestros hermanos, Cristo, ten piedad de nosotros 
  3. Para que siempre nos volvamos a levantar, Señor, ten piedad de nosotros. 

Octava estación...las mujeres que lloran por Jesús 
   Te adoramos... 

No es evangélico pasar indiferente frente al dolor ajeno. 

Siempre que asumimos con amor el sufrimiento de los demás, Jesús lo recibe como hecho a él mismo, y pensemos cuantas veces Jesús estuvo a nuestro lado en aquellos que nos acompañaron en momentos difíciles. 

  1. Porque nuestro orgullo rechaza tantas veces a los que se acercan a nuestro dolor, Señor, ten piedad de nosotros. 
  2. Porque en el sufrimiento con frecuencia nos encerramos en nuestro egoísmo, Cristo, ten piedad de nosotros. 
  3. Porque necesitamos tu amor a través del amor de los demás, Señor, ten piedad de nosotros. 

Novena estación...tercera caída de Jesús 
Te adoramos... 

Agobiado por tanto sufrimiento, Jesús cae por tercera vez. 

Cuando en ciertas oportunidades en que caemos y nos sentimos vencidos, no debemos entregarnos; cuando aparecemos caídos ante los demás, que quizás confiaban en nosotros, nos parecemos a Jesús caído frente a la turba. Nosotros debemos tratar con amor al caído, acercándonos con amor como si fuera el mismo Jesús. 

  1. Porque somos débiles y caemos tan fácilmente, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Porque queremos aparentar ante los demás una fortaleza que no tenemos, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Porque no contribuimos a que otros se levanten, Señor ten piedad de nosotros. 
Décima estación...Jesús es despojado de sus vestiduras 
   Te adoramos... 

Sentimos a veces que a nosotros la vida nos va despojando de aquello que consideramos valioso, por medio de los acontecimientos o a través de los hombres. Nosotros no somos más que el Maestro 

También estamos llamados a dar de lo nuestro por los demás y por Jesús, sin embargo se lo quitamos cuando ignoramos los derechos ajenos. 
  1. Porque, inconscientemente, despojamos de la fama o el buen nombre a los demás, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Porque no aceptamos la voluntad del Padre, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Porque el pecado del mundo va arrancando bienes, derechos y vida de los hombres, Señor ten piedad de nosotros. 

Undécima estación...Jesús es crucificado 
   Te adoramos... 

Jeús dijo: "Mujer e ahí a tu hijo, después dijo al discípulo: y ahí a tu Madre". 

Es casi imposible sentir que pasó por el corazón de María al oír estas palabras que ciertamente eran de amor, pero ¿podían ofrecerle algún consuelo? Y sin embargo ella aceptó con amor la misión que su Hijo le encomendaba para con nosotros. 

  1. Porque seguimos crucificando a Jesús en nuestros hermanos, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Para que recibamos tu herencia de amor, en el dolor, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Para que tu muerte nos haga hijos de tu Madre y hermanos de los demás, Señor ten piedad de nosotros. 
Duodécima estación... Jesús muere después de darnos una Madre 
    Te adoramos... 

Siempre que asumimos nuestras pequeñas o grandes muertes como realidades de nuestra vida, esas mismas muertes, hasta la definitiva, adquieren junto a Jesús una dimensión salvadora. Pero cuando contribuimos a que los demás sientan que su vida pierde valor, es como quitarle el valor a la vida de Jesús. 

  1. Porque no aceptamos las muchas pequeñas muertes que conlleva la vida, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú que aceptaste la muerte de cruz, pero para dar vida al mundo, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Por todos los que se sienten agobiados por sus muertes y sus muertos, Señor ten piedad de nosotros. 
Decimotercera estación...Jesús es bajado de la cruz 
    Te adoramos...

Es a Jesús a quien clavamos en la cruz cuando hacemos sufrir a los otros. Y es a Él a quien desclavamos cuando les ofrecemos nuestro amor para aliviar sus dolores. 

  1. Porque no esperamos los momentos de Dios en nuestros dolores, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú que aceptaste la vida y la muerte como tu realización de Hombre, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Por todos los que sienten que su sufrimiento se dilata más y más, Señor ten piedad de nosotros. 
Decimocuarta estación...Jesús es depositado en el sepulcro 
    Te adoramos... 

Es a Jesús al que atendemos siempre que nos preocupamos de ayudar a nuestros hermanos, muertos anímicamente o económicamente o socialmente. Y es a Jesús al que abandonamos cuando en esas circunstancias nos desentendemos del prójimo, pudiendo acercarnos con amor a ellos. 

  1. Porque los hombres somos, a veces, sepulturas para otros hombres, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú que sufriste hasta el final, por amor a tus hermanos, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Porque nos rebelamos sin fe ni esperanza ante el dolor, Señor ten piedad de nosotros. 
  1. Porque en los sufrimientos perdemos la fe y la esperanza, Señor ten piedad de nosotros. 
  2. Tú, que venciste a la muerte para darnos vida, Cristo ten piedad de nosotros. 
  3. Por todos los que viven interiormente muertos, Señor ten piedad de nosotros. 

terça-feira, 20 de fevereiro de 2018

Como liderar pessoas difíceis: a arte de administrar conflitos


Esta obra do Pe. João Carlos Almeida é realmente uma leitura fascinante, agradável e atraente. A obra surgiu a partir da análise da pintura de Leonardo da Vinci: a Santa Ceia, uma de suas principais obras que foi pintada no refeitório da Igreja de Santa Maria Delle Gracia, dos frades dominicanos, entre os anos de 1494-1498. Ao longo de seu trabalho, da Vinci pesquisou detalhadamente as características de cada um dos apóstolos. O resultado podemos constatar na obra que perdura a séculos.

   A pintura retrata o momento em que Jesus teria dito aos doze, que um dentre eles iria trai-lo. Através da disposição e reação de cada um deles, o Pe. João Carlos descobriu que é possível conhecer um pouco mais sobre eles, ao mesmo tempo que constata que o grupo formado por Jesus, não era um grupo perfeito, mas um grupo formado por pessoas completamente diferentes e de temperamento nada fácil, mas Jesus o mestre amoroso soube liderar e trabalhar com o potencial e os defeitos de cada um deles.


   Pe. João Carlos desenvolve sua obra fazendo um paralelo com o mundo empresário, mostrando que em nossos grupos também encontramos pessoas difíceis, com características ambiciosas, rancorosas, irônicas, impulsivas, invejosas entre outras, que podem ser nocivos ao grupo, se não percebidos e trabalhados. 

    Jesus demonstra que não existe empresa e grupo perfeito, mas sim grandes líderes que sabem trabalhar com aquilo que tem e motivar as pessoas a darem o melhor de si, segundo seus potenciais. Pe. João Carlos nos mostra que se queremos formar uma equipe de sucesso, não devemos temer escolher pessoas difíceis, pois crê que elas têm o potencial de liderança que está aplicado no campo errado. Também nos convida a seguir o exemplo de Jesus para descobrir o grande potencial que está por detrás destas pessoas. Ademais crê importante conhecer as principais características destas pessoas, para evitar bater de frente e saber administrar e evitar conflitos.

   Antes de refletir sobre a personalidade de cada um dos apóstolos, encontramos páginas preciosas sobre alguns saberes fundamentais da humanidade que revelam a arte de resolver conflitos ou mesmo evita-los antes que ocorram, pois os verdadeiros líderes são aqueles que se esmeram na arte de administrar os conflitos e que trabalham para que no grupo exista uma coesão em torno da meta desejada. 

   A partir da leitura podemos refletir e não temer as pessoas difíceis, descartando-as de nossas vidas por algumas características que nos desagradam, mas nos anima e orienta a conhece-las mais a fundo para poder orientar para uma função que converta tais falhas para o bem da empresa e do grupo. Exemplo: os fofoqueiros podem ser espertos em relações públicas, desde que recebam orientações assertivas; o ambicioso pode se tornar um gerente de sucesso, basta deixa-lo tomar a iniciativa e purificar suas motivações e egocentrismo. O que precisamos é descobrir e apostar no potencial positivo das pessoas para ter uma equipe de líderes de sucesso. 

Algumas dicas do autor para administrar conflitos:

  • Pense o que Jesus faria em seu lugar; 
  • Conte até 10 ou o que seja necessário;
  • Respire fundo;
  • Não de a resposta apressadamente;
  • Mude de assunto;
  • Procure entender o ponto de vista do outro (coloque-se no lugar do outro e pense se fosse você);
  • Cada conflito esconde uma lição, aproveite para aprender e se conhecer;
  • Para algumas pessoas a distância é a única solução;
  • Lembre-se da linha de trem: pare, olhe e escute;
  • Esta com raiva? Busque distração e não de corda a ela
  • Elogie: melhor cultivar trigo do que arrancar joio;
  • Coração quente cabeça fria, o contrário é tragédia certa;
  • Pergunte se poderia ser pior;
  • Lembre-se de que o corpo fala, permita que o outro coloque a raiva para fora;
  • Após tudo isso, não deixe de dizer o que você pensa;
  • Procura um lugar tranquilo e faça uma prese.
O autor também nos convida na relação ser como “patos” que mesmo na água não a absorve e alerta para que não sejamos como esponjas que tudo absorve, pois, lidar com pessoas difíceis não é fácil e sem perceber podemos ser contagiados por seu mal humor.

Para terminar destaco quatro estratégias deixadas pelo autor: 

  • Identificar os tipos difíceis e descobrir como funciona seu mecanismo;
  • Compreender e buscar a origem de tal comportamento, pois, o líder sabe ser compreensível;
  • Influencia. Para influenciar alguém o autor crê que vale a regra: “faça ao outro o que gostaria que ele fizesse a você”. É importante também se interessar pela pessoa, pelo o que faz e valoriza-lo.
  • Converte o comportamento desta pessoa de modo que o grupo possa avançar em direção a meta, valorizando a pessoa e minimizar seus defeitos. Mostre que também tem dificuldade e evite bater de frente. 

Boa leitura e que este artigo vos sirva de algo.

segunda-feira, 19 de fevereiro de 2018

A fábula do porco espinho



Que o ser humano nasceu para se relacionar, isso é certo e quase ninguém discute. Mas é certo também que convive em uma arte que se “talha” todos os dias, com erros e acertos. Os psicólogos dizem que é no encontro com o outro, que nos conhecemos verdadeiramente. O outro não precisa ser pedra de tropeço em nossa vida, basta aprender a respeitar as nossas diferenças e podar os defeitos para que cresçamos e demos frutos. A fabula do porco espinho nos permite refletir sobre os nossos relacionamentos. Não precisamos ferir ou ser ferido, mas aprender a conviver sem negar o que somos e o que o outro é.

A fábula do porco espinho

Durante a era glacial, muitos animais morriam por causa do frio.
Os porcos-espinhos, percebendo a situação, resolveram se juntar em grupos, assim se agasalhavam e se protegiam mutuamente, mas os espinhos de cada um feriam os companheiros mais próximos, justamente os que ofereciam mais calor.

Por isso decidiram se afastar uns dos outros e começaram de novo a morrer congelados.

Então precisaram fazer uma escolha: ou desapareciam da Terra ou aceitavam os espinhos dos companheiros.
Com sabedoria, decidiram voltar a ficar juntos.
Aprenderam assim a conviver com as pequenas feridas que a relação com uma pessoa muito próxima podia causar, já que o mais importante era o calor do outro.
E assim sobreviveram.

Moral da História:

O melhor relacionamento não é aquele que une pessoas perfeitas, mas aquele onde cada um aprende a conviver com os defeitos do outro, e a valorizar suas qualidades.



sábado, 17 de fevereiro de 2018

São as pequenas coisas que nos alegram, mas também ferem

Calar-se para poder ouvir



    “Entre os muitos significados de obediência, está o de prestar atenção e ouvir com cuidado para então agir de acordo. Ouvir com atenção pressupõe calar-se, pois enquanto eu mesmo estiver falando não consigo escutar. Ouvir com atenção significa ficar quieto e vazio para deixar-me encher por algo novo” (Grum e Andrea Schwarz).
    Estamos no mundo globalizado, porém carente de amor, de escuta que abrace o outro nas suas alegrias e dores. Algo mudou radicalmente, pois já não existe time interior para escutar, vivemos conectados e afanados, sempre correndo. Com 3 ou 5 minutos uma senhora conta toda sua vida no coletivo, porque não encontra em sua casa um coração que escute. 

    É irônico, mas a nossa juventude e outros correm o risco de perder ou de ter alguma alteração auditiva futuramente. Estamos com os ouvidos no lugar errado e até tapados. O que os olhos não veem, o pé esmaga. Os namorados não se ouvem, só transam ou discutem; pais e filhos se cobram, mas não se ouvem e se cuidam reciprocamente; patrões “vomitam” afazeres e arrogância sobre seus empregados, mas desconhece o potencial de sua equipe; as religiões pregam e decretam sentenças, mas não acolhem e orientam o povo; os políticos fazem suas leis e lavagens, sem o menor escrúpulo com a dor e miséria da população. 

    E necessário abrir em nós um espaço de silencio interior, “tempo em que seja possível ouvir, deixar de lado nosso ativismo, fazer e agir” (Grum e Andrea Schwarz). A população não percebe, mas estamos cada vez mais doentes e sujeitos a estresses, a infartos, pressa alta, diabetes, câncer de todos os tipos, entre outras doenças. Ao caminhar pelas ruas reparem quantas farmácia em uma mesma avenida, com promoções como se vendessem sapatos ou doces. 

    Estamos distantes de nós mesmos, alimentamos os prazeres do corpo e esmagamos o espirito, o mais íntimo de nós. “Estando em silencio podemos avaliar palavras, sons e assumir-nos, referir-nos a nós mesmos. Não é um emudecimento, mas um acolhimento, onde podemos admitir e nos arriscar e escutar com atenção para ouvir e deixar penetrar em nós aquilo que Deus quer” (Grum e Andrea Schwarz). 

    Doe-se ao outro e o acolha por meio do teu olhar, do teu sorriso e do teu corpo. O outro é um "sagrado" que se revela diante de nós.


Sempre vale a regra: “não faça aos outros o que você não quer que seja feito a você” (Confusio).

Palavras são preciosas, importantes e valiosas
Não perca, pare antes de falar
Deixe que cresça em você antes que você as solte
Doe-lhe o silencio para que possam vi a ser

Acredite nelas para que possa pronuncia-las com convicção
Concentre-se, fique em você e torne-se substancial, limite-se
A força se encontra no pouco, perde-se no muito.

Anselm Grum e Andrea Schwarz

Fonte: livro, chamados a viver o evangelho de Anselm Grun, monge beneditino e Andrea Schwarz, leiga alemã. P 50-52.
1º Domingo da Quaresma


O grande chamado da liturgia deste final de semana é a conversão, pois o Reino de Deus está próximo. O Reino de Deus se entende como o governo de Deus sobre todas as coisas, tendo como princípios a justiça, a equidade e a solidariedade com toda a humanidade e com toda a criação. Creio que estamos longe deste Reino! A cada dia os jornais estampam os horrores da violência, onde a vida perde seu valor. Podemos constatar o desequilíbrio humano onde as pessoas dão mais valor as coisas materiais do que a família, a um bom relacionamento, ao dialogo... desequilíbrio tal que desfigura o ser humano, que por sua vez desfigura a criação. Podemos claramente ver os males contra a criação: os rios e nascentes que se secam, os mares e as cidades poluídas, o horrendo sacrifício de animais para alimentar o canibalismo desenfreado humano, as tempestades, os furacões e os tornados que matam a milhões de pessoas, a corrupção deslavada que tira o alimento da boca de inocentes, enquanto o trabalhador é explorado e esmagado. O Reino de Deus e seus valores tem pressa, urgência. 



Neste domingo a Igreja faz abertura da Campanha da Fraternidade 2018, que traz reflexões e interpelações importantíssimas sobre a crescente violência que assola nosso país e devasta famílias. Há cristãos católicos que desprezam a CF, porque não são capazes de atualizar o Evangelho frente aos inúmeros clamores da humanidade. O Evangelho ganha seu pleno sentido quando ilumina a vida, do contrário seremos covardes que se escondem detrás da religião. A CNBB através da CF 2018, deseja lembrar ao mundo por meio de nós cristãos, que todos somos irmãos, que sofremos as mesmas realidades onde quer que estejamos, por isso precisamos unir forças contra qualquer tipo de violência. 

Na 1º leitura de Gênesis 9, 8-10 temos algo belíssimo: a aliança que Deus faz com Noé, com toda a sua descendência e com todos os animais, aves do campo, peixes, os animais domésticos e selvagens, enfim, todos os animais (confira o v. 9 e 10). Passamos toda uma vida destruindo os animais e os tratando segundo nossos desprazeres, esquecendo que todos fazem parte da bela criação de Deus e que algum dia pedirá conta sobre os nossos atos frente a sua obra. 

O salmo 24/25 mostra que a verdade e o amor são os caminhos do Senhor, enquanto que a mentira, a enganação, manipulação, a exploração física e psíquica são instrumentos do demônio e de covardes.

Na 2º leitura da 1º carta de Pedro 3, 18-22, destaco o v. 22: como já sabemos, o batismo é uma forma de adesão a Cristo e um sinal de pertença a sua comunidade, mas o apostolo acrescenta que o batismo é um pedido a Deus de consciência em virtude da ressurreição de Cristo. Temos esta consciência? Outro dia um dos grandes historiadores do Brasil afirmou que no século XVI a preocupação da Igreja era a evangelização dos povos indígenas, já no século XIX era a evangelização dos asiáticos e dos africanos, mas que hoje o grande desafio é cristianizar os cristãos, pois estão longe de viverem o que pregam. Isto diz muito sobre nós, pois queremos um Deus de mágica e não damos espaço ao Deus encarnado e despojado!

No Evangelho de Marcos 1, 12-15, temos duas grandes cenas: Jesus no deserto e Jesus pregando pela Galileia. Na primeira cena, temos Jesus no deserto, lugar de solidão, de purificação, de dureza, de encontro com Deus e consigo mesmo. O número 40, representava toda uma vida para o cidadão daquela época, ou seja, Jesus teria sido tentado toda a sua vida a abandona o projeto do Pai e para que seguisse caminhos mais fáceis. Satanás é a representação de tudo aquilo que nos desvia e se opõe ao projeto de Deus. Na segunda cena temos Jesus anunciando a chegada do Reino, ao mesmo tempo que revela seu programa de vida e o que o movia. Se completou o tempo é sinal de urgência da implantação do Reino, que vai acontecendo com a presença de Jesus, mas para aderi-lo é necessário conversão de mente e de coração, pois só assim crerão na Boa Nova de Jesus Cristo. 

Como vemos, o Evangelho em nada mudará a nossa vida se não estamos dispostos a vive-lo. Crer é fácil, mas a fé precisa baixar para todo o corpo, para as nossas relações, pensamentos e palavras. 

Uma feliz e abençoada semana!

sexta-feira, 16 de fevereiro de 2018

Mensagem do Papa Francisco para a Quaresma 2018

Este papa que tem atraído a milhões de fiéis e não fiéis, deixa sua mensagem para o mundo, pois a quaresma nos move a cuidar da vida em todos os seus âmbitos.



   Desejo, que este ano ajude a toda a Igreja a viver neste tempo de graça, com alegria e verdade; faço-o deixando-me inspirar pela seguinte afirmação de Jesus, «Porque se multiplicará a iniquidade, vai resfriar o amor de muitos» (24, 12).

   Esta frase situa-se no discurso que trata do fim dos tempos, pronunciado em Jerusalém, no Monte das Oliveiras. Dando resposta a uma pergunta dos discípulos, Jesus anuncia uma grande tribulação e descreve a situação em que poderia encontrar-se a comunidade dos crentes: à vista de fenômenos que amedrontam, alguns falsos profetas enganarão a muitos, a ponto de ameaçar apagar-se, nos corações, o amor que é o centro de todo o Evangelho.

Os falsos profetas

   Uns assemelham-se a «encantadores de serpentes», ou seja, aproveitam-se das emoções humanas para escravizar as pessoas e levá-las para onde eles querem. Quantos filhos de Deus acabam encandeados pelas adulações dum prazer de poucos instantes que se confunde com a felicidade! Quantos homens e mulheres vivem fascinados pela ilusão do dinheiro, quando este, na realidade, os torna escravos do lucro ou de interesses mesquinhos! Quantos vivem pensando que se bastam a si mesmos e caem vítimas da solidão!

   Outros falsos profetas são aqueles «charlatães» que oferecem soluções simples e imediatas para todas as aflições, mas são remédios que se mostram completamente ineficazes: a quantos jovens se oferece o falso remédio da droga, de relações passageiras, de lucros fáceis mas desonestos! Quantos acabam enredados numa vida completamente virtual, onde as relações parecem mais simples e ágeis, mas depois revelam-se dramaticamente sem sentido! Estes impostores, ao mesmo tempo que oferecem coisas sem valor, tiram aquilo que é mais precioso como a dignidade, a liberdade e a capacidade de amar. É o engano da vaidade, que nos leva a fazer a figura de pavões para, depois, nos precipitar no ridículo; e, do ridículo, não se volta atrás. Não nos admiremos! Desde sempre o demônio, que é «mentiroso e pai da mentira» (Jo 8, 44), apresenta o mal como bem e o falso como verdadeiro, para confundir o coração do homem. Por isso, cada um de nós é chamado a discernir, no seu coração, e verificar se está ameaçado pelas mentiras destes falsos profetas. É preciso aprender a não se deter no nível imediato, superficial, mas reconhecer o que deixa dentro de nós um rasto bom e mais duradouro, porque vem de Deus e visa verdadeiramente o nosso bem.

Um coração frio

   Na Divina Comédia, ao descrever o Inferno, Dante Alighieri imagina o diabo sentado num trono de gelo; habita no gelo do amor sufocado. Interroguemo-nos então: Como se resfria o amor em nós? Quais são os sinais indicadores de que o amor corre o risco de se apagar em nós?

   O que apaga o amor é, antes de mais nada, a ganância do dinheiro, «raiz de todos os males» (1 Tm 6, 10); depois dela, vem a recusa de Deus e, consequentemente, de encontrar consolação n’Ele, preferindo a nossa desolação ao conforto da sua Palavra e dos Sacramentos. Tudo isto se permuta em violência que se abate sobre quantos são considerados uma ameaça para as nossas «certezas»: o bebé nascituro, o idoso doente, o hóspede de passagem, o estrangeiro, mas também o próximo que não corresponde às nossas expetativas.

   A própria criação é testemunha silenciosa deste resfriamento do amor: a terra está envenenada por resíduos lançados por negligência e por interesses; os mares, também eles poluídos, devem infelizmente guardar os despojos de tantos náufragos das migrações forçadas; os céus – que, nos desígnios de Deus, cantam a sua glória – são sulcados por máquinas que fazem chover instrumentos de morte.


   E o amor resfria-se também nas nossas comunidades: na Exortação apostólica Evangelii gaudium procurei descrever os sinais mais evidentes desta falta de amor. São eles a acédia egoísta, o pessimismo estéril, a tentação de se isolar empenhando-se em contínuas guerras fratricidas, a mentalidade mundana que induz a ocupar-se apenas do que dá nas vistas, reduzindo assim o ardor missionário.

Que fazer?

   Se porventura detetamos, no nosso íntimo e ao nosso redor, os sinais acabados de descrever, saibamos que, a par do remédio por vezes amargo da verdade, a Igreja, nossa mãe e mestra, nos oferece, neste tempo de Quaresma, o remédio doce da oração, da esmola e do jejum.

   Dedicando mais tempo à oração, possibilitamos ao nosso coração descobrir as mentiras secretas, com que nos enganamos a nós mesmos, para procurar finalmente a consolação em Deus. Ele é nosso Pai e quer para nós a vida.

   A prática da esmola liberta-nos da ganância e ajuda-nos a descobrir que o outro é nosso irmão: aquilo que possuo, nunca é só meu. Como gostaria que a esmola se tornasse um verdadeiro estilo de vida para todos! Como gostaria que, como cristãos, seguíssemos o exemplo dos Apóstolos e víssemos, na possibilidade de partilhar com os outros os nossos bens, um testemunho concreto da comunhão que vivemos na Igreja. A este propósito, faço minhas as palavras exortativas de São Paulo aos Coríntios, quando os convidava a tomar parte na coleta para a comunidade de Jerusalém: «Isto é o que vos convém» (2 Cor 8, 10). Isto vale de modo especial na Quaresma, durante a qual muitos organismos recolhem coletas a favor das Igrejas e populações em dificuldade. Mas como gostaria também que no nosso relacionamento diário, perante cada irmão que nos pede ajuda, pensássemos: aqui está um apelo da Providência divina. Cada esmola é uma ocasião de tomar parte na Providência de Deus para com os seus filhos; e, se hoje Ele Se serve de mim para ajudar um irmão, como deixará amanhã de prover também às minhas necessidades, Ele que nunca Se deixa vencer em generosidade?

   Por fim, o jejum tira força à nossa violência, desarma-nos, constituindo uma importante ocasião de crescimento. Por um lado, permite-nos experimentar o que sentem quantos não possuem sequer o mínimo necessário, provando dia a dia as mordeduras da fome. Por outro, expressa a condição do nosso espírito, faminto de bondade e sedento da vida de Deus. O jejum desperta-nos, torna-nos mais atentos a Deus e ao próximo, reanima a vontade de obedecer a Deus, o único que sacia a nossa fome.

   Gostaria que a minha voz ultrapassasse as fronteiras da Igreja Católica, alcançando a todos vós, homens e mulheres de boa vontade, abertos à escuta de Deus. Se vos aflige, como a nós, a difusão da iniquidade no mundo, se vos preocupa o gelo que paralisa os corações e a ação, se vedes esmorecer o sentido da humanidade comum, uni-vos a nós para invocar juntos a Deus, jejuar juntos e, juntamente connosco, dar o que puderdes para ajudar os irmãos!

O fogo da Páscoa

   Convido, sobretudo os membros da Igreja, a empreender com ardor o caminho da Quaresma, apoiados na esmola, no jejum e na oração. Se por vezes parece apagar-se em muitos corações o amor, este não se apaga no coração de Deus! Ele sempre nos dá novas ocasiões, para podermos recomeçar a amar.

   Ocasião propícia será, também este ano, a iniciativa «24 horas para o Senhor», que convida a celebrar o sacramento da Reconciliação num contexto de adoração eucarística. Em 2018, aquela terá lugar nos dias 9 e 10 de março – uma sexta-feira e um sábado –, inspirando -se nestas palavras do Salmo 130: «Em Ti, encontramos o perdão» (v. 4). Em cada diocese, pelo menos uma igreja ficará aberta durante 24 horas consecutivas, oferecendo a possibilidade de adoração e da confissão sacramental.

   Na noite de Páscoa, reviveremos o sugestivo rito de acender o círio pascal: a luz, tirada do «lume novo», pouco a pouco expulsará a escuridão e iluminará a assembleia litúrgica. «A luz de Cristo, gloriosamente ressuscitado, nos dissipe as trevas do coração e do espírito», para que todos possamos reviver a experiência dos discípulos de Emaús: ouvir a palavra do Senhor e alimentar-nos do Pão Eucarístico permitirá que o nosso coração volte a inflamar-se de fé, esperança e amor.

Abençoo-vos de coração e rezo por vós. 
Não vos esqueçais de rezar por mim.

FRANCISCO

quinta-feira, 15 de fevereiro de 2018

Quem escuta com atenção não pode ficar sentado


“...A quem muito foi dado, muito  
 será exigido; e a quem muito foi 
confiado, muito mais será pedido"... 
Lucas 12:48c


   As mensagens que chegam até nós, querem nos transmitir algo além de nossos olhos. O perigo é permanecer nas mensagens superficiais que não passam de excesso de informação. Mas “quem escuta com atenção não pode ficar sentado, porque ouve um chamado, é chamado para uma tarefa especifica” (Grun e Andrea Schwarz). Recebemos um chamado, mas não somos forçados a ele. O chamado é algo especifico e com uma tarefa especifica. Não existem dois Albert Einstein, dois Freude, cada um deles recebeu uma missão que não poderia ser realizada por outro. Podemos acolher ou não os apelos do coração, mas “quem chega ao silencio, escuta mais que seu próprio chamado, ouvira o grito e as necessidades das pessoas, ouve a queixa suave da velhinha em sua solidão, ouve o grito das pessoas torturadas, ouve o choramingar da criança faminta, da pessoa contagiada com aids, ouve o choro das viúvas, vítimas da violência. Quem ouve neste sentido levante-se, vai ao encontro das pessoas, protesta e empresta sua voz aqueles que se tornaram sem voz ou foram forçados a não ter voz. Quem ouve a voz do povo não pode ficar sentado, levante-se em favor daqueles em prol dos quais ninguém se levanta” (Grun e Schwarz).


   Gandhi, Montfort, Ir. Dulce, Ir. Cleusa, Dorothy entre outros, escutaram os clamores de seu povo, levantaram-se para denunciar sua opressão e puseram-se a servir, cada qual a seu tempo e maneira de ser. Além deles existem muitas pessoas semelhantes em nossos bairros que ouvem o clamor dos que sofrem e da criação, pois “quem chega ao silencio ouve também o gemer e o queixar da criação, ouve o choro dos riachos e rios violentados, o grito dos ratinhos e macacos nos laboratórios experimentais, o calar das arvores nas florestas. Não ficará inativo, tomará posição pela criação, será a favor da natureza ameada. Quem ouve com atenção coloca-se diante de Deus, da vida, das pessoas e de si mesmo” (Grun e Schwarz).


Fonte: livro, chamados a viver o evangelho de Anselm Grun, monge beneditino e Andrea Schwarz, leiga alemã.


quarta-feira, 14 de fevereiro de 2018

Novidade

Vamos dá uma impulsionada no ano do laicato com Luís Equini


   Luís Equini, é um simpático leigo argentino, que tive a alegria de conviver durante os seis meses em que estive na Argentina. Luís pertence a paroquia Jesus Salvador na região de Monte Chigolo na grande Buenos Aires. Luís Equini é um senhor de 77 anos de idade, casado com Clarita, mas antes de encontrar com seu amor, esteve alguns anos no seminário diocesano preparando-se para o sacerdócio. Mas como os planos de Deus escondem seus mistérios, Luís e Clarita se conheceram e juntos formaram uma linda família. Mesmo longe do seminário Luís foi sempre dedicado ao serviço a comunidade. 


   Partilhando um pouco com ele pude conhecer vários de seus dons, o que mais me empolgou foi seu grande talento de escritor, a capacidade com a qual tem de ler e deixar-se tocar pelas Sagradas Escrituras, da qual brotaram varias reflexões. Passei algumas tardes em sua casa lendo seus escritos animando-o a que publicasse aquelas maravilhas. Uma vez por semana este blog será enriquecido com seus escritos no idioma original. Vamos ao primeiro:


MIERCOLES DE CENIZAS 


   Con la celebración del Miércoles de Cenizas abrimos la puerta a un tiempo nuevo, un tiempo “fuerte”, llamado Cuaresma. 

Cuaresma, un camino de conversión, con la alegría que genera el saberse perdonado y recibido por el Padre nuevamente como hijo muy querido. 

   El tiempo cuaresmal debe ser un tiempo que nosotros dediquemos a la conversión personal, no es un tiempo para la tristeza, ni para la amargura espirituales porque si lo dedicamos a la conversión de vida para lograr esa “metanóia” de la que hablan las Escrituras y nos debe embargar el alma la alegría que genera el perdón que nos regala Dios por el Sacrificio de la Cruz de su Hijo Jesucristo, el cual aseguró que hay más fiesta en el Cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Entonces, en la Cuaresma, no debemos estar tristes, sino reconfortados por la esperanza del perdón que nos ofrece Dios a pesar de nuestros pecados. 

   Cuaresma es la preparación a la fiesta máxima de la cristiandad, la Pascua de Resurrección del Señor, y eso es motivo más que suficiente para estar felices, porque Jesús nos devolvió la filiación divina mediante el perdón de los pecados y nos obtuvo la Vida eterna mediante su Sacrificio en la Cruz con el que venció a la muerte. 


   Cuaresma, un tiempo para no mentirnos a nosotros mismos, reconociendo que no somos dignos del perdón que pedimos pero que recibimos gracias a que Jesús pagó todas y cada una de nuestras deudas al ofrecerse como Sacrificio al Padre, en la Cruz. 

Equini Luis 



terça-feira, 13 de fevereiro de 2018

Renascer das cinzas

“A renúncia é um exercício da liberdade e 
desenvolve atitudes que dão estabilidade a vida. 
Não renunciamos para dificultar a vida, 
mas para nos livrarmos de pesos mortos. 
Voltemo-nos a nós mesmo para que o que é 
verdadeiro venha à tona.”. 

Anselm Grun



Espiritualidade da Quaresma


A quarta-feira de cinzas dá início a Quaresma na Igreja do ocidente, enquanto que no oriente se inicia dois dias antes. 

CURIOSIDADE: origens das cinzas usadas. As cinzas utilizadas têm sua origem na queima das palmas utilizadas na procissão de Ramos do ano anterior, lembrando a vitória de Cristo sobre a morte. Sendo assim, os cristãos aceitam e reconhecem sua condição de criatura limitada, “saída do pó“, para viver a experiência da morte a exemplo de Jesus. Os que renunciarem a si mesmo, poderão participar da vida que ressurge das cinzas.


   A fé em Jesus Cristo ressuscitado faz com que a vida renasça das cinzas. Este processo lembra a luta do próprio ser humano que por vezes é chamado a renascer das cinzas, mas sabendo que não está só, mas que o mesmo Jesus o acompanha. 

      O sacramental que recebemos: as cinzas, é para nos submergir dentro de nós mesmos, para poder reconhecer quem somos e só a partir daí poderemos nos reconhecer pecadores diante de Deus, buscando sua força e perdão. As cinzas nos lembram que “do pó nascemos e que ao pó voltaremos” (Gn 3,19). Ademais, recordam a nossa dependência de Deus, as nossas origens e que não pertencemos a este mundo.

   O tempo quaresmal é também um tempo de preparação para a grande festa da pascoa, núcleo da fé cristã, onde revivemos a paixão e morte de nosso Senhor Jesus Cristo e festejamos a sua ressurreição.

   O jejum, a oração e a caridade, são meios que nos ajudam a viver este tempo. A Campanha da Fraternidade, proposta pela CNBB, é um caminho de conversão no modo como nos relacionamos com a criação e o meio em que vivemos. Para este de 2018, o tema é fraternidade e superação da violência, com lema: vós sois todos irmãos. Quer tema melhor que este? Alguém pode pensar que não tem nada a ver com isso, mas quanto mais fomentamos o individualismo egocêntrico, mas estaremos apostando contra o diálogo e o reconhecimento do outro como irmão. A abstinência nos fortalecer o corpo e a alma. A oração nos conecta com Deus e a caridade nos une ao irmão. 


   Se não vivemos este tempo, também não saberemos saborear o tempo pascal. Não faremos a passagem para um novo tempo.

   A quaresma não é um tempo de castigo e tristeza, mas um tempo de passar pelo deserto, é um tempo de fortalecimento para renascer com Cristo. A Igreja oferece várias oportunidades, mas a decisão é nossa, de viver ou não este tempo.

Que este tempo nos fortaleza!

1º Domingo da quaresma 2020